martes, 26 de junio de 2012

Si. Si se puede!


Vengo llegando de un viaje extraordinario. Solo dia y medio en Santiago. Encuentro único al que haya asistido. Peruanos y chilenos notables, sentados en una mesa de conversación no exenta de puyas, mensajes casi subliminales, mensajes ciertamente no subliminales y abiertas discrepancias. Convergencia en lo esencial, sentido común a partir de ideologías diversas, altura de miras y finalmente la demostración de que hablando, la gente que es gente se entiende. Quienes estaban? Mucha gente. De todos lados, de todas partes y de muchas carpas. . Un Campo Ferial. Una versión de Mistura ® Intelectual.

Como fue? Desde la llegada al aeropuerto las cosas se mostraron gratas. Cartelito con el nombre, buenas tardes, frío no? No tanto, en realidad esperé más. La nada misma duró el recorrido hacia el hotel que recibía a uno por uno, entregando carpeta informativa, libros, lápices, programa, agenda y alternativas. Gran detalle: Gran Tarapaca con tarjeta personalizada. Buen comienzo, sin dudas. 

La logística siempre funciona cuando uno esta preparado, cuando no, a llorar al mar, no quejarse y ver como soluciona el impasse. En otra oportunidad habré de comentar el cuento por este lado. 

Acto oficial primero: Cena en las alturas del Cerro San Cristóbal. Primero cocktail en el sótano. Mucha prensa, entrevistas, saludos, reencuentros, vino, champagne, jugos y pisco sour. Sin comentarios.

Luego de un rato, la cena. Suba usted y vamos. Vista espectacular para algunos, vista hacia la riqueza, hacia la  aún no concluida torre mas alta del país, para otros. Protocolo poco rígido, los que se conocen tratan de ubicarse entre ellos,  los que no, esperan a que estos se compadezcan  y los conviden a sumarse a su cogollo. Caras inolvidables: las de aquellos que llegan tarde! Tranquilos, siempre habrá un lugar. Y hubo. Conversaciones introductoras, presentaciones entre plato, pollo y vino, eche de menos los discursos. Esta insufrible oportunidad que nos da la vida de poner la mente en blanco para escuchar varias veces lo mismo pero con distinto acento. 

Cháchara distendida, educativa, de exploración, de adivinanza!. No falta el asunto político, no puede faltar la broma del pisco sour y por supuesto, el silencio cómplice de quienes consideran la comida infinitamente mejor en su tierra de origen, cualquiera que esta sea, dicho con total diplomacia. Postre, café y....Ya es hora, vamos, mañana es un día largo y pesado. Muchas gracias, todo muy rico, muy gentiles por haber venido. Buenas noches.

Temprano era pues. Muy frío pero un sol esplendoroso auguraba cosas buenas. El escenario era otro. Las caras mas compuestas, ubique su nombre póngalo en la mesa (se ve por los dos lados, gracias a Dios), no hay sitios establecidos, salvo el de los oradores que presiden en uno de los extremos. Todos mezclados, sin distinción de cédula de identidad, cargo u ocupación.  Los micrófonos ya están probados. (los parlamentarios se deben sentir en casa: botoncito iluminado rojo para hablar). Se abre la primera sesión. Cinco discursos en total. Nuestros  anfitriones impecables. Los organizadores se notan con buen animo, las cosas están bien. 

Senadores, Congresistas, Ex-Canciller, Ex-Embajador, Ex-Comandantes en Jefe de dos de las tres armas,  Asesores, Empresarios, Periodistas, Doctor en Historia Marítima, Economistas, es decir, creo solo faltaron Sacerdotes, Cantantes y Cocineros, y aunque me las doy de algunas de esas cosas, para estos fines, no aplica!

Todos en  buena onda, por lo menos eso parece. Nadie tiene intención de guardarse  nada y el ambiente así se preparó.

Empiezan los debates y ahí ya el asunto es otro. Las opiniones toman posesión de sus dueños, los tonos van acorde a los puestos y la facilidad o no, de palabra, se nota en la seguridad o no, con la que se habla. La experiencia destroza a quienes no la tienen y los locuaces sienten el terreno fértil para sembrar su verborrea. Las buenas maneras son un ejemplo para quien quiera recordarlo y salvo uno que otro chispazo que  dejaba claro para que equipo se jugaba, la mesa parecía un directorio empresarial. 

El ambiente se calentó adentro y afuera. Resfrio seguro. Se sucedieron los breaks, café, té, galletas, bebidas y jugos, hacían de mediadores en distendidas posiciones que habían apretado, literalmente, el botón de pausa en el control. Continuaron los debates, las historias, los ratos agradables, los no tanto. Anécdotas divertidas fluían con la misma facilidad que relatos cruentos y las  propuestas insólitas daban pie a reflexiones que casi siempre uno alucina propias. Yo también pensaba lo mismo!

Sin que haya mediado anuncio, las horas se convirtieron en almuerzo! Jardin, sol, vino, más jugos y comida. Aquí ya entramos al cuento autoreferente, qué haces tu para contarte que hago yo, experiencias personales hacen mas intimo el momento y no hay dudas de que todos estaremos siempre en el cumpleaños del otro. Café, hasta sueñito, caminata unos, pucho-puro otros y mas café, fueron el preámbulo para una intensísima tarde que si bien emuló a su compañera matutina, se sabía  con la pompa y la circunstancia de ser la que cerraba todo. La que contenía lo que no se dijo antes, la que no tendría réplica, la que se iba dejando su sabor en la boca de todos. Los micrófonos eran vedettes y las manos alzadas pedían turno sin empacho. Ya no se hacia lista de oradores, todos lo eran a un punto. Subidas y bajadas bruscas le dieron a la tarde lo que se esperaba. Lo hizo bien. La tarde se fue espléndida. 

No encontré  útil ahora hablar de lo que se habló. Ni mencionar los interminables ceros que acompañaron a cada cifra, ni ponerle nota a cada opinión. Solo he querido dejar constancia de que SI SE PUEDE. Yo lo vi. Vi claro un futuro en concordancia, vi a dos discutidores empedernidos y respetuosos, vi como de la emoción surgen ideas y vi como con ganas, se puede construir  un futuro mejor.


Juan Carlos Fisher Tudela